Puede que estés pensando en expandir tu negocio y mires hacia Francia. Al fin y al cabo es nuestro país vecino y puede ser un estupendo nicho de mercado para tu empresa. Si estás a punto de entrar en negociaciones con ellos y exportar a Francia, te daré unos consejos que te van a venir muy bien. Son costumbres y cuestiones de protocolo muy arraigadas.
¿Cómo son las costumbres culturales francesas?
Son de las poblaciones más educadas de Europa. Se muestran serias y distantes al principio de conocer a alguien. El saludo, en estos casos, es de manera muy formal. Se dan la mano, tanto hombres como mujeres. Se dirigen unos a otros con la fórmula “Madame” o “Monsieur” y el apellido de la persona. También es apropiado usar el título o cargo: “Monsieur le directeur” (señor director), “Madame la Présidente” (señora presidenta)…

Hasta que no pasa un tiempo y se coge confianza, algo que a veces necesita incluso de años, no es posible tutearse. Mientras, aunque sea entre algunos “amigos” y vecinos, se hablan de usted.
Una vez que se rompe esa barrera del distanciamiento y se tutean, ya pueden saludarse de otra manera. Usan el nombre de pila y se dan un beso. No obstante, en algunas regiones llegan incluso a darse cinco besos en el saludo. Así que pasan de un extremo al otro de la efusividad.
Debe ser cierta la frase célebre del conocido monologuista y humorista francés Coluche:
“Pour critiquer les gens il faut les connaître, et pour les connaître, il faut les aimer”.
Lo mismo en español sonaría más o menos así: “Para criticar a la gente hace falta conocerla y, para conocerla, hace falta quererla”.
¿Es conveniente hablar francés para los negocios?
El francés aprecia muchísimo que se le hable en su idioma, aunque se haga mal. Valoran mucho el esfuerzo que haces por aprender su lengua. Siempre estarán dispuestos a ayudarte y abrirán el oído también para comprenderte.
No obstante, y a pesar de la mala fama que les damos cuando visitan a nuestro país, lo cierto es que a los franceses les gusta mucho España y el español. De hecho, es el primer idioma extranjero que se estudia en las escuelas tras el inglés.
En algunos lugares del sur de Francia, aún se habla el occitano, una lengua propia, raíz del francés, catalán y español.

De los 65 millones de habitantes en Francia, 2/3 de la población no habla ningún idioma extranjero con fluidez.
Es cierto que a veces es difícil hablar en francés porque a ellos les encanta practicar su español, que suele ser muy bueno. De todos modos, aprender a decir palabras sencillas tales como:
- “S’il vous plait” (por favor)
- «Bonjour» (Buenos días).
- “Pardon” (perdón)
- “Merci” (gracias)
Es indispensable para mostrar un mínimo de educación.
Saben muchísimo sobre la historia de España, a veces bastante más que los propios españoles. Aprecian la cultura y les encanta la comida iberica. En especial las tapas y nuestra versión del jambon cru, pero más en nuestra versión de jamón serrano.
Principales cuestiones a tener en cuenta para los negocios
La forma de vestir de las personas que van a tener una reunión de negocios es muy formal y clásica. Va muy bien con el tono que suelen tener dichas reuniones. Son muy serias y se llega a un acuerdo después de analizarlo todo meticulosamente.
Esta es la razón por la que se suele negociar durante varias jornadas. Con cifras, históricos, proyecciones de futuro, precios… todo lo que pueda concernir a la empresa. Se puede tardar horas en definir la cláusula de un contrato. Pero siempre sin perder las buenas maneras.
Es primordial la puntualidad y adaptarse al horario europeo. Los franceses abren sus negocios hasta las 12 de la mañana. Entre el medio día y las 13h30 suelen salir a comer. Luego se incorporan al trabajo de 14 a 18 horas. El horario de la cena oscila entre las 19.30 y las 20.30 horas.

Son muy rápidos y eficaces aunque trabajan solo 35h por semana. Atienden con diligencia y les gusta que se les reconozcan las capacidades y los esfuerzos que hacen por atenderte bien. Eso sí, son muy buenos negociando. Aunque no pierden la compostura y jamás emplearán la frase:
“Pourriez-vous baisser le prix, s’il vous plaît?” (¿Me rebajaría el precio, por favor?)
Ya verán la forma de hacerte entender que tienes que rebajar el precio, aunque hablar de dinero no resulte… educado. Y de salario, nunca.
¿Qué métodos de pagos se usan en Francia?
La forma más habitual de pagar en Francia es a través de las tarjetas de crédito, como VISA o Master Card. Sin embargo, existen ciertas curiosidades.
Son muy propensos a realizar ciertas transacciones cotidianas a través de cheque. Todo el mundo tiene una chequera. Aunque, como no podía ser de otro modo en un país tan moderno, puedes pagar como desees: efectivo, cheques, tarjeta… tú eliges.

Comerciar con los franceses no conlleva mayores dificultades. Al igual que nosotros, los galos pertenecen al SEPA (Single Euro Payments Area) o zona de pago único de la Unión Europea. Poder realizar todas las transacciones en la moneda única facilita mucho la labor y la política de precios. Además, es un buen punto a favor para llevar a cabo las negociaciones.
Cuando necesites transferir dinero al extranjero, porque estamos tratando de negocios y es una opción que debemos tener en cuenta, deberás proporcionar el IBAN de la cuenta y el código BIC de la entidad financiera.
Puedes operar con dos tipos de transferencias, la llamada Transferencia Euro, que no puede superar los 50 000 € a transferir dentro de la Unión Europea (UE). El otro tipo es la Transferencia Internacional, aquellas que se realizan dentro o fuera de la UE, con otras monedas, sin IBAN…
¿Existen las comidas de negocio?
Sí, existir existen. Sin embargo, no es lo más habitual. Prefieren los lugares para reuniones formales. Bien es cierto que, como buenos amantes del mejor de los vinos, se puede celebrar el cierre de una operación con una copa de alguna de las muy famosas Denominaciones de Origen Controlada del vino francés.
Lo que es más frecuente es realizar desayunos, comidas o cenas con compañeros de trabajo y ahí si se habla de cuestiones relacionadas con la empresa. Una cuestión a tener en muy en cuenta, quien convoca la cita es el encargado de pagar la cuenta. Además, en la mayoría de los restaurantes, se exige reserva previa.
Por cierto, la comida, sea cual sea, llevará su surtido de quesos, antes del postre, el café y un licor digestivo. Es una costumbre deliciosa, porque pocas cosas hay tan ricas como el queso francés. Podrías pasarte todo el año en Francia y no tendrías que repetir ni una sola vez el tipo de queso. De hecho, existen más de 400 variedades diferentes… y les chifla.

La gastronomía francesa es Patrimonio de la Humanidad. Puede que no exista nadie en el mundo que no conozca la corriente de la Nouvelle Cuisine. Sin embargo, cuando tienen invitados, les encanta cocinar pollo al horno, si es invierno, y a la barbacoa si hace buen tiempo.
En cualquier caso, el invitado siempre se presentará en la casa de su anfitrión con un presente: una botella de buen vino, un ramo de flores, una cesta de fruta o un postre.
Después de una buena comida o cena formal, es de buena educación enviar un email de agradecimiento, que haga notar al anfitrión que todo estuvo perfecto.
¿Cómo se convoca una cita?
Evidentemente, puedes elegir los muchos canales que existen en la actualidad, desde la tradicional llamada telefónica hasta el email. Ahora bien, lo correcto es planificar la cita con al menos dos semanas de antelación.
Es poco elegante presentarse sin avisar. Si eso ocurriera, se sentirían muy contrariados y molestos. Así que, a la hora de hacer negocios, procura contar con una agenda bien programada.
Evita citar a nadie entre el 14 de julio (día Nacional de Francia) y el 15 de agosto. Mala época para tratar de sacar partido a las empresas. Esta es la fecha más señalada para tomarse las vacaciones de verano. Así que no es buen momento para negociar.
El caracter frances

A la hora de hablar de negocios, utilizan la misma forma de proceder que en su día a día. Son muy críticos y analíticos. Se concreta hasta el último detalle de cada cuestión a tratar, hasta que todo quede bien claro. Suelen hablar con mucho énfasis, pero ello no significa que estén enfadados. Es parte de su carácter y su forma de expresión, son muy enfáticos.
Les encanta debatir, pero que eso no te confunda. Son muy individualistas y viven en una sociedad muy jerarquizada. Que el hecho de hablar más de la cuenta no te haga caer en la trampa de trivializar o hablar con un tono más desenfadado. Sería una muestra imperdonable de grosería.
¿Qué productos suelen importar los franceses y qué compramos los españoles?
Como norma general, el país galo importa petróleo, partes de aviones, elementos de coches, plásticos y productos químicos. También género agropecuario. En general, todo aquello que no producen. Sin embargo, las relaciones bilaterales con España tienen otras opciones comerciales.
En los últimos años, los españoles han hecho un esfuerzo por llevar al país vecino producción propia de vinos con Denominación de Origen, aceitunas, aceite de oliva, jamón serrano, chorizo ibérico, moda y azulejos.

España, por su parte, ha comprado a Francia animales vivos y sus alimentos, hábitat, componentes electrónicos e informáticos, componentes eléctricos, productos lácteos, moda e industria aeronáutica.

Mención aparte merece el consumo de cultura española, con el flamenco a la cabeza. ¿Sabías que Francia es uno de los principales destinos de las compañías de danza y los cantantes de procedencia española?
Y es que, en materia económica, las relaciones francoespañolas no podrían ser más estrechas. Francia sigue siendo el primer cliente de España en el mundo, según los datos del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad español.
Más de un millar de empresas francófonas se han instalado en nuestro país. Entre ellas cabe destacar nombres tan populares como Carrefour, Alcampo, Decathlon, Fnac, Renault o Peugeot.
Francia es el consumidor número uno de productos españoles, con casi un 16 % de las exportaciones. Al mismo tiempo, España es el segundo proveedor de los galos. Las exportaciones españolas a Francia sobrepasan el 10 % del PIB. Entre ambos estados llega a realizarse una transacción media de más de mil millones de euros semanales.
Al margen de la propia producción española, a los franceses les interesa especialmente el papel que España juega frente a los países latinoamericanos y procuran servirse de esta situación privilegiada para que los españoles hagan de mediadores en las relaciones comerciales con Hispanoamérica.
¿Se rige París por los mismos cánones?
La capital francesa es punto y aparte a la hora de realizar negocios. Los franceses dicen que los parisinos son más estirados. Lo cierto es que son más secos y mucho más distantes y fríos. De todos modos, las oportunidades que ofrece París resultan interesantísimas.
La ciudad del Sena es mucho más cosmopolita y es ideal para organizar eventos, reuniones y congresos. Es cierto que en los últimos tiempos, le ha salido competencia con Toulouse, Bordeaux y las ciudades de la Riviera Francesa. Pero, como dijo Huphrey Bogart en Casablanca,
“Siempre nos quedará París”.
París es un vaivén en todos los sentidos. La mezcla de culturas da a la ciudad un toque de metrópolis innegable. En ella se entremezclan, como en ningún otro lugar del país vecino, lo tradicional con la modernidad más absoluta.
Si en el sur se encuentran los negocios enfocados al vino y las actividades aeronáuticas, en la capital el tema se enfoca a cuestiones más sofisticadas como la gastronomía, la belleza, el lujo y la moda.
Aquí es un poco más laxo con los horarios. París tiene más ambiente y vive en buena medida del turismo, una de sus principales industrias, así que se relajan con el reloj. Eso sí, la falta de puntualidad se mira con los mismos ojos que en cualquier otra parte del país.
Estamos en un lugar donde existe todo tipo de infraestructura preparada para hablar y hacer negocios:
- Centros de convenciones
- Locales para congresos
- Espacios de coworking
- Etc.
Y sí, aquí aún se estila lo de la comida de negocios con el brandy de sobremesa.
El protocolo, no obstante, es el mismo. Hay que mantener la distancia con el desconocido y la cortesía está por encima de todo. De todas formas, no tengas miedo a la hora de exponer tus ideas, les encanta oír cosas nuevas y también sienten pasión por lo español.
Aprovecha esa baza para que hacer negocios te resulte más fácil. Un consejo es que, si te toca invitar, reserves en alguno de los muchos restaurantes españoles que existen en la capital francesa. A los parisinos, tan orgullosos de su cocina, les vuelve locos la comida española: tapas, paella, jamón serrano y chorizo y el negocio podría avanzar más rápidamente.
Sea siempre profesional
De todos modos, nunca olvides que estás tratando con un profesional muy bien preparado y muy acostumbrado a las relaciones comerciales. Despliega toda tu baraja para trazar una agenda y llevar tu proyecto de negocio planificado hasta su última consecuencia. No te dejes nada al libre albedrío.
Es vital que puedas aportar cifras y datos sobre cualquier cosa que ataña al negocio que os traéis entre manos. Los parisinos son igual de analíticos que el resto de sus compatriotas, así que tendrás que responder a todas sus dudas, hasta que ellos consideren que todo está bien atado.
Los hombres y mujeres de negocios, a menudo se han formado en Empresa y Derecho. Esto hace que en el momento en que se llega a un acuerdo, se redacte un contrato realizado por ellos mismos y sin más dilaciones. Si no dominas bien el francés, sería bueno que acudieras a esas reuniones con un traductor o consultor francés de confianza, que pudiera traducirte el documento para su firma.
Dar la cara
Una vez que has hecho negocios, son clientes muy fieles. Les gusta el trabajo bien hecho y que se cumplan plazos y objetivos. Antes que fallarles, sé sincero si ocurriese alguna eventualidad o vieras que no vas a entregar algo a tiempo. De lo contrario, corres el riesgo de perder el cliente que con tanto esfuerzo has hecho.
Con el paso del tiempo se irán relajando las formalidades. Entonces pasaréis a tutearos y a llamaros por vuestro nombre de pila. Eso sería una buenísima señal. Todo habría ido sobre ruedas. Procura que así sea, aunque no olvides que un francés nunca mezcla amistad y trabajo. Separa los ambientes y todo irá mucho mejor.
Camino al éxito
Hasta aquí las características de nuestro país vecino en relación con los negocios. Si sigues mis consejos, tus experiencias comerciales con Francia serán todo un éxito. Ahora toca relajarse y disfrutar un poco de las cosas tan buenas que tiene este país. Unos días de turismo te descubrirán la otra cara de los franceses y entenderás por qué Francia es el primer destino turístico del mundo. Por cierto no te olvides de visitar El Louvre y echar un vistazo a La Gioconda o a la Venus de Milo. Sería un pecado mortal.
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After gaining experience in international trade, I have embarked on a diverse journey through digital marketing roles. This has included providing support for a classified site, working in SEO, handling email marketing for a SaaS company, steering online marketing for an E-commerce business, and serving as the CMO for a startup, before eventually becoming the director of online marketing for a marketing agency. This extensive experience led me to start my own venture.
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